Una economista y un empresario de la jardinería unieron sus capacidades en un proyecto familiar. Esther, de 43 años y natural de Donosti, pondría su visión empresarial y Gabriel, de 48 años y procedente de Ruiloba, su capacidad técnica. Así comenzó su apuesta hace más de diez años. Tres hijos, una nave de jardinería y construcción, el mercado chino, 22.000 plantas entre 2013 y 2017, y un referente del cultivo del vino en Cantabria, son algunos de los éxitos de esta pareja que disfruta de su vida, su familia y su negocio común en la costa occidental de Cantabria.
Esther y Gabriel son los propietarios de Bodegas Miradorio, ubicada en Ruiloba, y receptora de fondos LEADER, que para nuestra protagonista, Esther, son más que una subvención. La ayuda recibida fue invertida en la parte comercial de la bodega. Sus planes inmediatos son la creación de un showroom para llevar a cabo actividades no agrícolas, dotando al negocio de un carácter turístico vinculado a la enología y a los productos de Cantabria. Su deseo es compartir con otras personas, a través de visitas guiadas y catas de sus vinos, la experiencia de un entorno rural incomparable, mediante el enoturismo.
Dos vinos blancos, Mar de Fondo y Tussío, elaborados en Ruiloba, junto con OUREAS, un Rioja con Denominación de Origen Calificada del 2014, producido con uvas procedentes de la finca que los propietarios poseen en la Rioja Alavesa, son tres de sus éxitos. La ubicación de la finca, donde sus viñedos caen de manera natural hacia los impresionantes acantilados, produce una calidad de la uva máxima.
Esther nos cuenta que los fondos LEADER respondían a las necesidades de su negocio, que iba más allá de la producción agrícola. Además de la creación de la página web y las etiquetas (diseñadas íntegramente por ella) la subvención solicitada en 2017 cubrió con éxito las actividades de cata orientadas hacia el enoturismo. Las visitas guiadas, que duran aproximadamente una hora, se llevan a cabo en todo terreno hasta los viñedos localizados en la finca Herbazoso, ubicada en el término municipal de Ruiloba. Posteriormente se lleva a cabo la visita técnica por la bodega y la cata en un salón, que como las etiquetas de sus vinos, está diseñado de manera elegante por Esther y pulido por las habilidosas manos de Gabriel. Nos cuenta su propietaria que todos los detalles poseen una anécdota.
Esther posee una actitud y un discurso positivo, propio de quienes están seguros de sí mismos y de lo que hacen. Se define como una mujer trabajadora, alejada de etiquetas de rural o urbana, familiar y natural. Es esforzada y creativa, orgullosa de haber adquirido su espacio e identidad en el entorno en el que vive. Nos cuenta en el salón, lleno de detalles anecdóticos, que “los principios fueron duros para mí, cuando llegué a Ruiloba. Era madre, sí. Pero también empresaria”. Con el paso del tiempo logró conciliar ambos aspectos gracias al entorno y a servicios de calidad cercanos, como el colegio donde estudiaron sus dos hijas pequeñas, ahora ya en la educación secundaria.
“Adaptar el trabajo al entorno familiar es más favorable en un medio rural. De todos modos” reconoce que “a pesar de haber estudiado, haberme esforzado tanto en formarme, como me animaron mis padres, al final la que sacrifica más cuando se tienen hijos, es la mujer. Será un tema cultural, cosa del instinto…qué se yo”. Esther es contundente: “Nunca he sentido discriminación en Ruiloba. O que me trataran distinto por ser mujer. Al contrario. Eso son dificultades que me encontré en San Sebastián, cuando trabajaba en despachos de abogados con corbatas y más de 60 años. Eso sí que era difícil para una mujer joven y preparada”.
En términos generales, Esther considera que emprender es complicado. Porque ser emprendedor tiene que ver con una actitud y para ella es su forma de ser: “Yo soy profesional, soy emprendedora y necesitaba un apoyo que se ajustara a mis necesidades” declara Esther. Los fondos LEADER fueron clave para ella y su marido, porque no buscaban una simple subvención, sino un apoyo profesional, que encontró en el Grupo de Acción Local Saja Nansa.
“Allí los técnicos se implican con los proyectos. Porque un proyecto necesita algo más que dinero. El Grupo Saja Nansa te vincula con otras experiencias, te acompaña con otros puntos de vista. No es simple papeleo”.
Cuando se le pide que nos facilite alguna propuesta para combatir el despoblamiento que amenaza a nuestro medio rural, lo tiene claro: “Cantabria necesita algo más que julio y agosto. Hace falta unión entre distintos negocios locales, compartir experiencias, cuidar lo nuestro más allá del verano. Creo que el Saja Nansa podría ser un vínculo entre experiencias para mejorar lo que tenemos y ver posibles intercambios de experiencias emprendedoras”.
Inversión para Espacio Show Room ligada a las AYUDAS A LAS INVERSIONES EN CREACIÓN Y DESARROLLO DE ACTIVIDADES NO AGRÍCOLAS FEADER, pertenecientes al Programa LEADER Cantabria 2014-2020.Expediente 4.233.034 “ESPACIO SHOW ROOM PARA BODEGA”. Siendo la fuente de financiación (17.348,54 €) en un 80% fondos FEADER, un 6% MAGRAMA
y un 14% la Comunidad Autónoma de Cantabria.
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