Con motivo del Día Internacional de la Mujer Rural, que se celebra el 15 de octubre,  entrevistamos a Mila Celis, vicepresidenta del Grupo de Acción Local Saja Nansa. A través de sus respuestas revisaremos el rol de la mujer rural en nuestros días y cuáles son los retos para que su papel sea cada vez más reconocido.

¿Qué estereotipos vinculados a la mujer rural son reales y cuáles ya forman parte del pasado? ¿cómo son las nuevas generaciones de mujeres rurales y qué necesitan?

La mayoría de esos estereotipos siguen siendo reales y hay muy pocos que formen parte del pasado, ya que en entornos rurales es habitual que la mujer siga asumiendo el peso de las labores del hogar y la crianza de los hijos, aunque también es cierto que no es lo mismo que hace 40 o 50 años.

Uno de los grandes logros de los últimos años es que las nuevas generaciones de mujeres rurales hemos ganado mayor autonomía en el plano ecomómico. Igual que las que viven en una ciudad, estamos plenamente incorporadas al mundo laboral, ya sea como asalariadas o como trabajadoras autónomas. Esto nos ha permitido dejar atrás una dependencia económica que nos limitaba en muchos sentidos. Ahora está totalmente normalizado, pero si echamos la vista atrás, no hace mucho que ni siquiera podíamos tener una cuenta en el banco si no era con autorización del padre o del marido. Ahora las cosas son diferentes, aunque siguen habiendo retos por superar en cuanto al rol de género y, precisamente por vivir en un entorno rural, son más acusados.

Por otro lado, las nuevas generaciones de mujeres rurales tienen inquietudes, son activas, dinámicas, con preparación académica, emprendedoras…y, sobre todo, están comprometidas con el mundo rural. Por eso, lo que necesitan es que se reconozca su gran labor y aportación al mundo rural y a la sociedad en general. Se trata de situarlas en un plano de igual a igual con el hombre, pues ese es el único camino para conseguir una verdadera igualdad, y una sociedad justa y coherente.

El Día Internacional de la Mujer Rural es un día para reivindicar todas esas cosas que aún han de cambiar, pero también es una fecha para homenajear a esas grandes mujeres luchadoras y trabajadoras que nos precedieron y que no tenían derechos, solo obligaciones.

 

En una comarca eminentemente rural como Saja Nansa, ¿qué retos quedan aún por superar en relación al papel de la mujer como ganadera, agricultora, empresaria, funcionaria, etc? ¿Está lo suficientemente representada? ¿es lo suficientemente activa?

El gran reto está en que a la mujer ganadera, agricultora, empresaria, funcionaria, política… se la respete como tal, pues queremos un reconocimiento pero tiene que venir desde el respeto. Cuando una mujer emprende en el mundo rural  a veces se la mira de reojo y aun se escucha: “esta donde va” o “estaría mejor en casa” …..

Por otro lado, yo creo que, por suerte, la mujer cada vez esta mejor representada y es más activa. En nuestra comarca, sin ir mas lejos, ya tenemos alcaldesas, gerentes, doctoras, directoras de banco, decenas de  empresarias. Y dentro del mundo empresarial es importante tener muy presentes a las ganaderas, que son muchas, y a las artesanas, que además cuidan mucho de las tradiciones del mundo rural.

 

Este año el lema del Día Internacional de la Mujer Rural es “Las mujeres rurales cultivan alimentos de calidad para todas las personas”. Las palabras “cultivar” y “alimento” evocan también otros conceptos más abstractos, como la idea de ser a menudo las responsables de edificar familias y criar a las futuras generaciones, proporcionando no solo alimento, sino también valores y vínculos con su territorio. ¿Es así?

Así es. Somos las máximas responsables en la dura tarea de educar a nuestros hijos por igual, independientemente de si son chico o chica. Esta es la forma de vencer los estereotipos y trabajar por un futuro rural sin diferencias de género. Yo estoy convencida de que es el camino a  seguir y es una gran responsabilidad para nosotras, que queremos lo mejora para nuestras familias y para el territorio en el que vivimos.

 

Estamos en una comarca donde muchos municipios sufren un grave problema de despoblación ¿Cómo crees que podemos conseguir que las niñas rurales de hoy se queden en nuestra tierra y sean las mujeres rurales del mañana?

Lo primero hay que enseñarles el cariño a la tierra y las tradiciones, para que empiecen a sentir el arraigo. Después, hay que facilitar a esas niñas y jóvenes las infraestructuras y servicios que necesitan para desarrollarse como personas. Precisamente, el mayor problema es dar oportunidades a las siguientes generaciones para que se formen y vivan plenamente, sin que ello signifique renunciar a permanecer en un entorno rural. Ahora mismo, cuando una chica va a estudiar a la Universidad y encuentra las comodidades de la gran ciudad, quizás duda sobre si es buena idea volver al mundo del que viene. Empieza a analizar si tendrá las infraestructuras de comunicación y conectividad que necesita o si dispondrá de la oferta cultural, deportiva, de ocio, etc que desearía. En esumen, se plantea su futuro laboral y personal en clave rural y surgen las dudas… Ese es el tipo de cosas que requieren soluciones urgentes para frenar la despoblación.

Asimismo, es muy interesante y conveniente fomentar el asociacionismo, como una manera de introducirlas en la participación activa sobre su entorno. La unión hace la fuerza y cuanto más representado esté un colectivo mayores posibilidades tiene de luchar por sus intereses.

 

Por último, ¿qué mujeres, colectivos de mujeres o proyectos liderados por mujeres del territorio Saja Nansa crees que pueden ser inspiradoras para otras de la comarca o incluso de fuera de ella?

Podría nombrar varias mujeres que, por su labor en nuestro territorio, han destacado de diferentes maneras, pero como la lista sería muy larga solo haré mención de algunas de ellas, sabiendo que hay muchas más que merecen mi respeto y admiración.

Primero quiero citar a Carmen Fernandez, la gerente del Grupo de Acción Local SAja Nansa, que lleva ya mucho tiempo desempeñando esta función. Gracias a mis años vinculada a la Junta he podido comprobar la gran tarea que realiza y me parece una gran persona y una gran profesional.

Otra persona que me inspira y tiene toda mi admiración es María Bulnes, una chica lebaniega que se ha ido a vivir a Polaciones con todas las incomodidades que conlleva. María, además de artesana de la lana, es una gran transmisora de cultura y tradiciones pues conoce, vive y siente con gran dedicación y cariño todo lo que hace.

Como colectivo quiero destacar especialmente la labor de Las rederas, que es un colectivo que desempeña una tarea nada fácil y  poco reconocida. Son mujeres que trabajan en un contexto muy masculino, el mundo del mar y la pesca, pero que tienen un papel importantísimo. Además, gracias a un proyecto de ecomomía circular impulsado por el Grupo de Acción Local de Pesca Ocidente de Cantabria, las Rederas de San Vicente de la Barquera se han convertido en emprendedoras que dan una nueva vida a las redes de pesca, convirtiéndolas en bolsos y otros productos fantásticos.